Trastornados y Envenenados uffff que fuerte estas dos palabras. Pero si, asi mismo està nuestro corazon cuando permanece una herida. Y esa herida crece hacia adentro como una raiz. Las raices crecen hacia adentro y se van arraigando a algo para permanecer ahi. (SI LE ES POSIBLE HAGA UN #MENTALPICTURE )
La Sanidad que ya se nos ha sido dada en Cristo incluye salir del del rencor y avanzar hacia Su hermosa gracia, alejarse de la dureza e ir hacia el perdón. Su Gracia nos hace avanzar sanando nuestro pasado.
Tal vez te preguntas ¿Puede realmente? ¿Este desastre? ¿Esta historia de abuso sexual? ¿Esta cruda ira contra el padre que dejó a mi madre? ¿Este coraje que siento cada vez que pienso en el que me trató como basura ayer? ¿Puede Dios sanar esta antigua herida en mi corazón?
El perdón no disminuye la justicia; simplemente confía en Dios.
A diferencia de nosotros, Dios nunca se da por vencido con una persona. Nunca. Mucho después de haber avanzado, Dios todavía está allí, siempre orquestando la redención.
¿Arreglar a tus enemigos? Ese es el trabajo de Dios.
¿Perdona a tus enemigos? Ah, ahí es donde entramos tú y yo. Perdonamos.
El perdón tiene sus etapas.Tiene arranques, buenos y malos días. La ira se entremezcla con el amor. Misericordia irregular. Progresamos solo para dar un giro equivocado. Dar un paso adelante y retrocede. Pero esto está bien. Cuando se trata de perdonar, todos somos principiantes. Nadie posee una fórmula secreta. Mientras intente perdonar, está perdonando. Es cuando ya no lo intentas cuando aparece la amargura.
Mantener el rumbo. Pasarás menos tiempo en el despecho y más en Su gracia. Y como alguien que ha caminado por los pasillos de ambos, puedo garantizarte que vas a elegir el lado de la gracia.
