No me gustan los cambios. Soy maestra hace varios años, y he vivido muchos cambios en esta profesión. Justo cuando pienso que ya tengo todo bajo control para el próximo año escolar, "pfff" ahi viene un nuevo cambio, un nuevo reto, una nueva asignación y me toca aprender algo nuevo otra vez. Tal vez piensas que debería estar acostumbrada pero creanme que no. Siento que fluyo mejor cuando estoy en algo conocido que cuando tengo que empezar algo nuevo aunque sea en el mismo ambiente que he estado por años. El cambio me da miedo. Y no me gusta.Sin embargo, a veces Dios quiere hacer cosas nuevas en nuestras vidas, y antes de que lo haga, puede llamarnos a hacer cambios que nos resulten desconocidos o incluso incómodos.Cuando Jesús contó la parábola de los odres, estaba respondiendo a los fariseos. No les gustaba que Jesús comiera con los pecadores y que sus discípulos no ayunaran. (Véase Marcos 2 para estas historias).Los fariseos se aferraban a sus viejas formas de hacer las cosas, pero Dios estaba haciendo algo nuevo. A través de Jesús, Dios abrió un camino nuevo y vivo para que entraramos en relación con Él. Los mendigos y los pecadores podían convertirse en hijos de Dios por medio de la fe en Cristo.Amigo, si estás luchando con un cambio no deseado en tu vida, considera si puedes estar aferrándote a las viejas formas mientras Dios quiere hacer algo nuevo. Tal vez no te guste tu nueva escuela, ciudad, trabajo o relación. Se siente incómodo, incluso doloroso, cuando tenemos que dejar ir lo viejo para avanzar.Te animo que te aferres a Cristo. Él tiene buenos planes para ti, y te guiará a través de todo. Sólo por hoy, elige creer que Dios tiene un futuro esperanzador y da el siguiente paso adelante. Luego, mañana, hazlo de nuevo. Antes de que pase mucho tiempo, verás cómo se desarrollan sus planes para el bien ante ti.
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