jueves, 24 de agosto de 2023

Pánico & Ansiedad

De vez en cuando, nos convertimos en una víctima de la preocupación y la ansiedad y empezamos a experimentar un pánico repentino sobre las circunstancias que están fuera de nuestro control, a pesar de que sabemos que la Biblia es clara que siempre debemos confiar en el Señor en todo momento. Entonces, si se supone que no debemos estar ansiosos como creyentes, ¿por qué tantos cristianos todavía luchan contra la ansiedad? Aparte de los desequilibrios químicos que pueden ocurrir en el cuerpo, que son muy reales y muy válidos, creo que gran parte de lo que causa la ansiedad comienza en nuestras mentes. Cuanto más nos detenemos en un pensamiento negativo o temeroso de una circunstancia fuera de nuestro control, más estrés y preocupación comienzan a atormentarnos. En algún lugar a lo largo de nuestra sobrecarga, nos olvidamos de Aquel que sostiene nuestro futuro. El que es soberano. Aquel que cuida de sus hijos tan profundamente, el Señor Dios Todopoderoso. Aprendemos más sobre Él en la Biblia, donde se fortalece nuestra fe y nuestra confianza permanente en Él.

Una simple conversación con el Señor nos puede ayudar a enfocar nuestros pensamientos y traer paz inmediata al torbellino en nuestra mente. La Palabra de Dios es tan poderosa y cuanto más estudiemos y meditemos sobre ella, nuestro fundamento será fuerte en Cristo, y continuamente sabremos cómo mirar hacia Él cada vez que el estrés y la ansiedad traten de superarnos. Seamos siempre rápidos en pedirle al Señor Su gracia sostenida y ayuda en nuestro momento de necesidad, mirándolo siempre porque Él se preocupa por nosotros.

Padre Dios, gracias a Ti por querer que carguemos nuestras preocupaciones sobre ti. Gracias porque no hay ningún lugar al que pueda ir que no estés allí conmigo. Gracias por tener un control de mi vida, incluso cuando siento que todo se está desmoronando a mi alrededor. Señor, confieso que he dejado que el estrés se aferre a mi vida, en lugar de a Ti. He dejado que el estrés controle mi estado de ánimo, mi actitud, mis emociones y mis acciones. Señor, ¡me arrepiento de esto! Por favor, padre, ayúdame a ver lo que es estresante en mi vida y dáselo a ti. Ayúdame a no dejar que el estrés gane. Ayúdame a pensar activamente en tu bondad para mí. Ayúdame a renovar mi mente con Tu Palabra inmutable. ¡Estoy tan esperanzado por mi eternidad contigo, Señor, donde no habrá más estrés y estaré abrumado por tu amor, belleza y paz sin fin! Ayúdame a mirar hacia atrás en todas las formas en que me has rescatado de mis momentos estresantes y mira con esperanza hacia el futuro donde algún día eliminarás todo el estrés, para siempre. Mientras tanto, sé y confío en que tienes mi futuro. Ayúdame a vivir audazmente en la verdad de tu bondad y poder hoy. Gracias, Señor. En el nombre de Jesús, amén.

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