jueves, 18 de enero de 2024

Piensa en Grande sin pensar demasiado

 


No es fácil poner una cara feliz cuando se siente como si nada en tu vida se estuviera uniendo. Has orado, creído y actuado de todas las maneras que tienen sentido para ti, pero nada ha cambiado. Empiezas a preguntarte si Dios siquiera sabe sobre el lío en el que estás, las cargas que soportas. Tal vez a Dios no le importa o está demasiado ocupado con el resto del mundo para molestarse contigo y con tus problemas. ¿Dónde te deja eso?

Cuando estás pasando por un momento difícil en el que todo en la vida se siente al revés, puede que estés luchando por aferrarte a la esperanza. Cuando incluso tus amigos no saben cómo consolarte, podrías caer en un pensamiento negativo que trata de convencerte de que no estás en la lista de favoritos de Dios. ¡Pero puedes cambiar tus pensamientos!

Si quieres salir del estancamiento y avanzar hacia las promesas y la paz de Dios, comienza cambiando tu corazón y tu mente. Deja de contar tus miserias y empieza a contar tus bendiciones. Ese es un gran lugar para empezar.

Solo necesitas cambiar tu enfoque para poder ver la mano de Dios en el trabajo ahora mismo.

El escritor de Filipenses sugiere que abramos nuestras mentes a nuevas posibilidades pensando en cosas nuevas; podemos alterar nuestra perspectiva pensando en cosas grandes, ¡e incluso en cosas más grandes! Recuerda lo que has experimentado que te hizo sentir alegre y consciente de la amable mano de Dios en el trabajo, y luego dale la gloria a Dios.

Una vez que empieces a contar tus bendiciones, no tendrás a dónde ir más que subir.

Cambia tus pensamientos hoy y reflexiona sobre todo lo que te trae una alegría genuina. Busca que Dios aparezca ahora mismo y brille su rostro sobre ti, listo para hacer todas las cosas nuevas. Sigue pensando más y más grande, más brillante y mejor, porque sirves a un gran Dios, ¡y Él hace que todas las cosas sean posibles!

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