viernes, 2 de octubre de 2020

Levantate FUERTE y CONFIADO


Me enseñaron que el coraje no es la ausencia de miedo;  es la voluntad de afrontar tu miedo.  La confianza no significa que no tengamos dudas;  significa que avanzamos, actuamos y hacemos lo que tenemos que hacer hasta que ya no dudemos.

¿Alguna vez ha creído que la confianza es algo que tenemos o no tenemos?  Al igual que algunos de nosotros tenemos el cabello rizado, ojos marrones o azules, algunas personas parecen nacer con confianza.  Pero aquí está la verdad: la confianza no es algo con lo que nacemos;  es algo que construimos.

La confianza es una habilidad que debe desarrollarse con el tiempo y la única forma de hacerlo es tomando medidas.

Aprendes a andar en bicicleta primero en un triciclo, luego con ruedas de entrenamiento.  Entonces nos volvemos tan hábiles con las ruedas de entrenamiento que una se cae y ni nos damos cuenta.  Luego nos volvemos valientes, nos quitamos las ruedas de entrenamiento y lo hacemos, tambaleándonos por la carretera (y probablemente arrastrándonos unas cuantas veces en el camino).  A veces el proceso lleva años, lágrimas y muchas rodillas despellejadas.  Pero lo que resulta es la confianza.  Lo aguantas, actúas, practicas, gestionas tu miedo y lo haces, incluso si te tambaleas y te chocas unas cuantas veces.

Es hora de deshacerse de las dudas y asumir confianza.

Dios nos llamó a todos a hacer buenas obras, no para ganarnos la salvación, no para ganarnos Su amor, no para demostrar que somos dignos, sino porque Él nos ama, nos salva y nos da nuevos corazones para amar a los demás.

Dios se deleita en asociarse contigo para sus propósitos, y es hora de que lo creas.  No eres un villano malvado que planea apoderarse del mundo;  eres un hijo de Dios que se asoció con Él para hacer del mundo aquí y ahora un lugar mejor.

Cuando Jesús habló del Reino en los Evangelios, también estaba hablando del aquí y ahora, no solo del Cielo.  ¿Qué quiere Dios hacer contigo en Su Reino aquí y ahora?

Ya sea que esté entregando comida a alguna familia en necesidad, cuidando niños, doblando la ropa y orando por un amigo, cultivando un jardín o sirviendo en una organización sin fines de lucro que alimenta al mundo, todo es importante  Dios.  Y es el trabajo el que construye el Reino aquí mismo.

Él quiere que tú, tú y todos nosotros superemos nuestras dudas y empecemos a vivir las vidas que Él nos creó para vivir.  Y eso comienza con las pequeñas decisiones que tomamos todos los días.

Cuando quieras decirte a ti mismo: "No puedo hacer esto", y la duda trata de dejarte al margen, recuerda.

Recuerda quien eres.

Recuerda de dónde viene tu fuerza.  Recuerda que eres una maravilla.
Recuerde, está llamado a mantenerse firme.  Así que empieza a pararte.

Quiero que recuerdes

Cuando traemos a Dios a cualquier batalla, ganamos.

Cuando llevas a Dios a las cosas pequeñas y dejas que Su Espíritu te ayude a superar las dudas, honras el llamado que Él tiene en tu vida.

Como hijos de Dios, podemos mantenernos firmes por una razón: Dios.  Nuestra sabiduría, ayuda, propósito y dones se deben a Dios.

Superar las dudas y vivir las vidas que Dios nos creó para vivir comienza con las pequeñas decisiones que tomamos todos los días.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dificultades y Destinos Extraordinarios

“En consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. También por med...